La presbicia o vista cansada es un defecto refractivo que se debe a la pérdida de elasticidad del cristalino, la lente natural del ojo que permite enfocar las imágenes a diferentes distancias. Esta disminución de su capacidad de acomodación provoca dificultades para ver de cerca con nitidez.
Se trata de un proceso de degeneración natural del ojo que se manifiesta generalmente a partir de los 40-45 años.
Para poder enfocar los objetos cercanos, el cristalino varía su forma y, con ello, su potencia óptica. Podría decirse que es como el «zoom» de una cámara fotográfica.
En personas jóvenes, es muy flexible. Sin embargo, con el paso de los años, el cristalino se va volviendo más rígido y se reduce de forma progresiva su capacidad de contracción (acomodación), dando lugar a la presbicia.Por tanto, la presbicia –igual que la catarata (pérdida de transparencia del cristalino)–, se produce por el envejecimiento de esta estructura indispensable para una visión nítida.
No se puede prevenir porque está ligada al proceso degenerativo del ojo, que, igual que otras partes de nuestro organismo, evoluciona con la edad.
Es un defecto refractivo que, a partir de cierto momento todos padecemos y que, de hecho, afecta a más del 90 % de los mayores de 45 años.
Por ello, es importante revisar la visión de forma periódica (controles anuales) especialmente a partir de la cuarta década, cuando suelen aparecer los síntomas habituales de la vista cansada y empiezan a gestarse otras enfermedades oculares propias de la madurez.
Uno de los principales síntomas que suelen manifestarse en pacientes con presbicia es que notan que tienen que alejar, o colocar a mayor distancia, cualquier material de lectura para poder enfocar correctamente ya que se ralentiza el proceso de cambio de enfoque de cerca a lejos, y viceversa.
Algunos de los síntomas característicos que se asocian a este defecto refractivo son:
El fallo de enfoque de cerca va aumentando progresivamente hasta los 60 años de edad cuando se suele estabilizar.
Asociado a la dificultad progresiva de enfocar objetos cercanos, el cristalino también pierde la capacidad de compensar defectos ópticos antiguos (por ejemplo: hipermetropías y astigmatismos), de forma que simultáneamente se puede producir un empeoramiento de la visión lejana.
Aunque la presbicia no se cura, hay varios métodos que, al igual que con otros defectos refractivos (hipermetropía, miopía, astigmatismo), ayudan a paliar la dificultad de enfoque.
Las gafas son el método más habitual, pudiendo utilizarse diferentes tipos de cristales según las necesidades visuales de cada paciente. Es habitual que, entre los 40 y 60 años de edad, normalmente, se requiera el cambio habitual de graduación debido a su evolución natural.
Tipos de gafas:
Como alternativa, también pueden utilizarse lentes de contacto, que deben adaptarse de forma individualizada en cada paciente.
Para quienes desean reducir la dependencia de las gafas, cada vez son más amplias y efectivas las opciones quirúrgicas que permiten prescindir de corrección óptica.
La cirugía refractiva para la presbicia es una alternativa en creciente demanda por parte de los pacientes.
Existen diferentes técnicas, aunque la más común es la implantación de lentes intraoculares que sustituyen el cristalino y que pueden ser de distintos tipos según las necesidades de cada persona. Es el mismo procedimiento que se utiliza en la cirugía de catarata.
El éxito de la cirugía refractiva dependerá en alto grado de la individualización del tratamiento, en base a un buen diagnóstico y a una correcta indicación.
Examen oftalmológico completo, Topografia corneal, LENSTAR, OCT y recuento endotelial.
Las lentes trifocales se caracterizan por su versatilidad y son hoy en día lo más similar a la lente natural del ojo o cristalino. Estas lentes suponen un gran avance en la cirugía faco-refractiva ya que mejora cualitativamente la visión de nuestros pacientes por la comodidad e independencia con respecto a la corrección con gafas en todas las distancias.
También ofrece una solución a aquellos pacientes que, además de los problemas en visión de lejos y cerca, tienen de astigmatismo. Es lo que llamamos lentes trifocales tóricas.
Por tanto, con una lente trifocal corregiremos:
¿Cuándo puede aparecer la presbicia?
La mayoría de personas empieza a notar los síntomas de la presbicia a partir de los 40- 45 años. Ahora bien, los pacientes con miopía previa pueden llegar a desarrollarla más tarde que los pacientes con hipermetropía o emétropes (sin graduación).
¿Cuándo es recomendable operarse de presbicia?
La operación de la presbicia es recomendable según se necesiten gafas también para lejos o solo para cerca. Si de lejos se ve bien y solamente se necesitan gafas para cerca, se puede plantear a partir de los 55 años. Si también se necesitan gafas de lejos, a partir de los 50años, sobre todo en hipermétropes. En los pacientes miopes depende de la graduación.
¿Me puedo operar de la vista cansada si tengo miopía, hipermetropía y astigmatismo?
Depende de la evaluación del oftalmólogo, pero en principio no habría ningún problema ya que en una sola intervención se pueden operar los diferentes defectos refractivos.
¿Estaré dormido/a durante la intervención?
No. Se trata de una cirugía en la que se aplica anestesia tópica (gotas), por lo que es un procedimiento quirúrgico que se realiza en 15 minutos aproximadamente, no requiere internacion y nada doloroso.
¿Me puedo operar los dos ojos a la vez?
Para la cirugía con lente intraocular multifocal, primero operamos un ojo y tras una revisión post-operatoria al día siguiente, una semana después aproximadamente operamos el segundo.