Patología

Glaucoma

El glaucoma es una enfermedad que se caracteriza por un aumento patológico de la presión intraocular (PIO) por encima de los valores normales, que conlleva en forma directa a la producción de un daño de la cabeza del nervio óptico (papila) y este a su vez conlleva a una pérdida característica del campo visual como consecuencia de la perdida de fibras ganglionares.

El glaucoma es una enfermedad silente, pues la PIO puede llegar a valores muy elevados sin que el paciente sienta síntomas importantes. Algunos de ellos pueden ser visión de halos de colores alrededor de las luces, cefaleas, cansancio en la fijación, y cambio continuo de anteojos.

Cuando no se detecta este aumento crónico de la PIO, el mismo comienza a afectar a la cabeza del nervio óptico, que muestra un aumento de la excavación de tipo patológico, debido a la pérdida de fibras ganglionares. Si la PIO no se reduce para entonces, cuando el daño del nervio ya es muy importante, comienza a manifestarse con la presencia de escotomas (áreas con pérdida de visión) en el campo visual del ojo afectado. Este déficit visual no es percibido por el paciente al principio, quien sí lo detecta cuando la enfermedad está muy avanzada.

Además, los defectos suelen ser paracentrales o periféricos, no afectando casi nunca el centro de la visión, por lo cual no son sintomáticos hasta que son muy extensos.

La pérdida de fibras y de función visual no es recuperable en glaucoma. En el mejor de los casos la pérdida puede ser detenida en el momento del diagnóstico, pero no recuperada. Es por esto que un diagnóstico precoz hace una diferencia abismal para la calidad de vida del paciente afectado por glaucoma.

Aproximadamente, el 2% de la población sufre la enfermedad, que en su forma primaria de ángulo abierto tiene mayor incidencia luego de los cincuenta y dos años. Sin embargo, hay actualmente cerca de siete millones de ciegos por glaucoma en el mundo. Y de los afectados, la mitad no sabe que padece la enfermedad.Una toma de PIO en el médico oftalmólogo, puede hacer a un diagnóstico precoz, convirtiéndose éste, en la mejor herramienta para el profesional y para el paciente. La no realización de este examen en la rutina, es un peligro muy importante. La tonometría es parte del examen oftalmológico básico que debe realizar el especialista a sus pacientes en todas las consultas.

¿Por qué se produce?

El principal factor de riesgo que puede desencadenar un glaucoma es la hipertensión ocular. Por lo general, esta condición ocurre porque, por diferentes causas, el humor acuoso (líquido que baña el interior del ojo) no drena correctamente y se acumula, ejerciendo una presión excesiva sobre el nervio óptico y causándole un “estrés” que no puede soportar.

Sin embargo, hay personas con la presión intraocular elevada que no tienen glaucoma y pacientes con valores normales (menos de 21 mm Hg de presión) que, por el contrario, desarrollan la patología.

Por otro lado, la predisposición genética es un factor de peso en determinados tipos de glaucoma, como el primario de ángulo abierto (familiar) –el más común– o el congénito –que aparece en los primeros meses de vida– y el juvenil.

¿Cómo se puede prevenir?

La clave para prevenir el daño irreversible que produce el glaucoma en el nervio óptico es el diagnóstico precoz de la enfermedad para poder controlarla antes de que siga evolucionando. Dado que en la mayoría de casos no provoca síntomas hasta fases avanzadas de la patología, se recomienda someterse a revisiones oftalmológicas cada dos años a partir de los 40, edad en la que se activa el proceso degenerativo del ojo y empieza a aumentar la incidencia del glaucoma.

Asimismo, se aconseja que los controles sean anuales en personas con alguno de los siguientes factores de riesgo:

  • Edad (mayores de 60 años)
  • Antecedentes familiares de glaucoma
  • Hipertensión ocular
  • Miopía o hipermetropía alta
  • Otras enfermedades oculares, como patologías de córnea, retina, uveítis etc.
  • Traumatismos oculares
  • Ángulo iridocorneal (formado por la córnea y la esclera con el iris) estrecho
  • Raza negra o asiática

Los avances en equipos diagnósticos han contribuido a que el glaucoma se pueda detectar en estadios muy incipientes en la consulta oftalmológica. Para ello, es fundamental la exploración del nervio óptico, tanto de forma directa, observando el fondo de ojo, como mediante sistemas automatizadas de diagnóstico (OCT y HRT). Otras pruebas importantes son la medición de la presión intraocular (tonometría), así como el estudio del grosor de la córnea (paquimetría), la exploración del ángulo iridocorneal (gonioscopía) y la cuantificación del campo visual (campimetría).

¿Qué síntomas da el glaucoma?

La mitad de afectados por el glaucoma no sabe que lo padece, ya que, en la mayoría de casos, no provoca síntomas evidentes, como dolor o disminución brusca de la visión. Pese a pasar inadvertida hasta que el daño ya es importante y ha reducido gran parte del campo visual, la enfermedad sigue avanzando y puede multiplicar hasta por 4 el riesgo de caídas y convertir en peligrosas ciertas actividades como la conducción. Esto se debe a que, generalmente, el paciente empieza perdiendo la zona periférica del campo visual.

En caso de ataque agudo de glaucoma, el paciente puede notar que el ojo se enrojece y le produce dolor intenso, además de ir acompañado de visión borrosa o halos alrededor de las luces e, incluso, náuseas y vómitos.

Tratamientos

El glaucoma es una patología crónica que actualmente no se puede curar, ya que no es posible regenerar el nervio óptico y recuperar la visión perdida. Sin embargo, la enfermedad se intenta controlar mediante diferentes opciones terapéuticas que tienen como objetivo conservar la visión que tiene el paciente en el momento del diagnóstico.

El único método efectivo para ello es la reducción de la presión intraocular, mediante colirios hipotensores, láseres y múltiples procedimientos quirúrgicos, ya sean las nuevas cirugías mínimamente invasivas (MIGS) para pacientes con hipertensión ocular o glaucoma leve ( en nuestra clínica realizamos la tecnica HFDS o esclerotomía profunda ab interno de alta frecuencia, unicos en San Juan),  técnicas convencionales como la trabeculectomía ( con antimetabolitos) y colocación de implantes valvulares (ej: válvula de Ahmed).

En resumen, estos son los procedimientos efectivos para disminuir la presión ocular mundialmente aprobados y que puede realizarse en nuestra institución:

  • Ciclofotocoagulación transescleral con láser de diodo
  • Dispositivos de drenaje o válvulas
  • Hipotensores oculares
  • Iridoplastia
  • Iridotomía
  • MIGS (Minimally Invasive Glaucoma Surgery)
  • Trabeculectomía
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